-La imagen más popular representa a Antonio con los rasgos de un joven religioso, el Niño Jesús en sus brazos y una azucena en la mano.
-La juventud se relaciona con el personaje ideal, puro, bueno, acogedor de todos.
-El sayal franciscano (pardo) recuerda su vida pobre y supertenencia a la orden franciscana.
-El Niño Jesús hace referencia a la visión que tuvo en Camposampiero, y expresa su amor a la humanidad de Cristo y su intimidad con Dios.
-La azucena recuerda su limpieza de mente y corazón y camino luminoso de vida.
-La llama evoca su amor a Dios y al prójimo.
-El pan recuerda su caridad y entrega a los pobres. La imagen se relaciona con la obra del "Pan de los Pobres de San Antonio", siempre viva y actual.
-Por último, la imagen más antigua y la más cercana a la realidad lo representa con un libro en la mano, símbolo de su ciencia.
Para muchos de nosotros, desde pequeños, nuestra vida cristiana está unida a María. La Virgen, con un nombre particular, bajo una advocación concreta, es la patrona de muchos de nuestros pueblos, barrios y ciudades. Quienes nos iniciaron en la fe, nuestras madres, abuelas, etc.. nos enseñaron a acercarnos a ella, a rezar ante su imagen.
San Antonio me ha dado y sigue dándome confianza, esperanza, apoyo y fuerza en mis decisiones, en mi fe para seguir con la vida, capeando los temporales que trae.
Con mi pequeña labor hacia él, siento alegría, satisfacción de poder colaborar en una obra social, estando activa y en movimiento con paz.
La fe es una experiencia personal que tratamos de vivir de manera comunitaria, como comunidad cristiana, como Iglesia. Los caminos de la fe también son muy diferentes de unas personas a otras. Las propias experiencias que vivimos cada uno, nos marcan y condicionan también nuestro propio camino creyente.