Actualidad San Antonio, amante de la naturaleza

San Antonio, amante de la naturaleza

Cuando inició su vida franciscana, Antonio fue destinado a vivir unos años en la soledad del eremitorio de Monte Paulo, situado entre las fragosidades de los Apeninos.

Los eremitorios creados por san Francisco eran humildes casas de retiro, aisladas del mundanal ruido, donde los frailes se dedicaban a la contemplación, al estudio y al trabajo manual. Antonio vivía en una pequeña celda, pero un día descubrió una gruta, abierta en la roca, y quedó entusiasmado. La montaña, los valles, el bosque, las aves, las plantas y  los arroyos le llevaban a contemplar la grandeza del Creador. Así lo escribió en uno de sus sermones: “La obra del Señor es la creación, la cual lleva, a la que la contempla, al conocimiento de su Creador. Si tan grande es la hermosura de la criatura, ¿cuánto mejor no será la del Creador? “. Le pedimos a san Antonio el amor a la naturaleza con los versos del poeta capuchino Damián Iribarren:

San Antonio que anduviste
caminos a pie descalzo,
con la humildad de la alondra
y la alegría del santo,
te pido que el mundo sea
para el hombre un gran palacio
con avenidas y orquestas
de rosales y pájaros,
para gozarlo de día
y de noche recordarlo
”.

Resurrección

Resurrección

La fe es una experiencia personal que tratamos de vivir de manera comunitaria, como comunidad cristiana, como Iglesia. Los caminos de la fe también son muy diferentes de unas personas a otras. Las propias experiencias que vivimos cada uno, nos marcan y condicionan también nuestro propio camino creyente.

Renacer en primavera

Renacer en primavera

"Laudato Si, mi Signore" - "Alabado seas, mi Señor" cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge en sus brazos"...

La Alegría de la Vocación

La Alegría de la Vocación

En el mes de febrero celebramos el día 2, la jornada de la Vida Consagrada, de la vida Religiosa. Esta Jornada tiene como finalidad promover en todo el pueblo de Dios el conocimiento y la estima de la vida consagrada. La celebramos en la fiesta de la Candelaria, en el día en que se hace memoria de la presentación que María y José hicieron de Jesús en el templo “para ofrecerlo al Señor” (Lc 2, 22).

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