Actualidad Azucena Tena. Testimonio de una corresponsal

Soy Azucena Tena, Azu para abreviar. Nací en Villamayor de Gállego, municipio de Zaragoza, hace 60 años. Estoy casada y tengo dos hijos: los mejores regalos de mi vida. Mi infancia fue feliz, normal, como los niños de mi entorno, teniendo a mi familia conmigo. Mis padres y yo vivíamos con mis abuelos maternos. Cuando me faltó mi abuela, yo tendría 9 años, y ya empecé a darme cuenta de la vida. Además mi madre empezó a enfermar y mi padre tuvo un accidente que lo dejó incapacitado de por vida, pero aun así fui creciendo en Villamayor, donde sigo siendo feliz con mi fe, viviéndola a mi manera.

Me siento libre de pensar, vivir y sentir aquí con mi familia, amigos y vecinos, me siento fuerte, acompañada y dando servicio a lo que puedo en la parroquia. Es mi vida. Soy ama de casa y mis estudios fueron la cultura general, que se llamaba entonces. No quise estudiar más, me costaba mucho memorizar.

¿Cómo llegas a ser corresponsal de la revista "El Mensajero de San Antonio" y qué servicio ofreces?
Mi abuela Francisca, la cual me crio, fue la que me marcó en la fe. Ella no había podido ir al colegio, aprendió a leer y contar sola. Para entonces ya existía la revista de El mensajero de San Antonio y yo la veía cada día con ésta en la mano y con su rosario rezando. Ella me enseñó, a su manera, a rezar y tener fe, y santiguarme todos los días dando gracias a nuestro Padre Dios. Yo admiraba su manera de vivir la vida compartiendo lo poco que tenia (nueces, almendras, pan…). Como veis ella me marcó de por vida.

En el año 2012, Julia, nuestra antigua corresponsal, y su marido Plácido, me pasaron su cargo. Me ofrecí a ayudarles a repartir las revistas y calendarios, viendo que se habían hecho mayores, y fue entonces cuando decidieron dejar todo a mi cargo. Al principio me eche las manos a la cabeza, poniendo escusas que no me sirvieron. Y aquí estoy, desde ese momento, disfrutando con ello. 

Cuento con 13 personas, mis colaboradoras, con las que formo un equipo y juntas repartimos las revistas y calendarios. Cada una tenemos asignada una lista de personas suscriptoras a repartir por los diferentes sectores de Villamayor. Ellas siempre están dispuestas a lo que les pido, por su fe a San Antonio. 
Desde aquí, muchas personas, apoyan esta gran labor social. Nuestra labor es totalmente desinteresada, pues todo es por y para San Antonio.
Mi familia también me apoya y me ayuda en todo lo necesario, tanto mi marido como mis hijos, que siempre están ahí. Por lo que mi labor termina siendo mínima.

Este año estamos repartiendo 186 revistas cada mes y hemos vendido 500 calendarios.

¿De dónde nace tu devoción al Santo?
Mi devoción por San Antonio fue, como ya os he contado, transmitida por mi abuela. Recuerdo la primera vez que me llevó mi madre a la iglesia de San Antonio. Me dio mucha impresión ver su imagen en lo alto, rodeado de azucenas, teniendo al niño en brazos.
Más adelante, ya siendo mayor, viendo a los padres de mi marido, los cuales fueron devotos de Él, y la lección de vida que me transmitieron.
Además en Villamayor, había varias imágenes de San Antonio, las cuales recorrían las casas, costumbre que ahora seguimos manteniendo.
Ahora siento a San Antonio como mío, tras ver la devoción y admiración que mis seres queridos me transmitieron hacia Él.
Cada 13 junio es increíble la cantidad de personas que nos acercamos a verlo.

¿Qué ha aportado San Antonio en tu vida?
San Antonio me ha dado y sigue dándome confianza, esperanza, apoyo y fuerza en mis decisiones, en mi fe para seguir con la vida, capeando los temporales que trae. Con mi pequeña labor hacia él, siento alegría, satisfacción de poder colaborar en una obra social, estando activa y en movimiento con paz.

Danos alguna idea... ¿Qué echas en falta en la revista? ¿Hay algún tema que os pueda interesar a tí y a los lectores de tu grupo?

La mayoría de suscriptoras opinan que está muy majica y entretenida.
Se echa en falta que se hable más sobre las plantas medicinales en la sección de salud.
Ahora viene mucho más alegre de colorido, que motiva más para leerla, y artículos interesantes de información.
En general gusta todo mucho.

Cuéntanos alguna anécdota que a lo largo de estos años te haya ocurrido en el reparto de las revistas, con los suscriptores...

La relación con los suscriptores es buena. Aquí en Villamayor casi todos nos conocemos y nos relacionamos entre nosotros. La mayoría de las personas te hablan y te cuentan, sobre todo las mayores, las cuales necesitan hablar y que se les escuche.
Una de ellas me contó que guarda todas las revistas desde que comenzó a recibirlas.
Otra de ellas, me dijo que compraba calendarios para regalar a sus familiares y amigos felicitándoles la Navidad.
Algo que me llamó la atención es que varias me comentaron que eran ateas pero a la vez grandes devotas de San Antonio.
Otra curiosidad, es que si se nos pierde alguna cosa, que no encontramos, en seguida le rogamos a Él (incluida yo) y ¡siempre aparece!
Otra persona que compra calendarios se siente muy devota de San Antonio, pues fue a la iglesia a pedirle un marido y se lo concedió, llamándose Antonio.
A los hombres les gusta mucho mirar las lunas, pues les sirve para poner en el campo los diferentes alimentos de la tierra, ya que dicen que influye mucho en el crecimiento de las plantas.

¿Cómo ofreces la revista? ¿Qué dices a los posibles suscriptores?

Cuando me preguntan qué es la revista le explico la obra social que se realiza, el comedor que tienen… Que todos los donativos y el dinero que se recoge va dirigido a eso. Que es muy amena la revista, entretenida y de información.

Muchas gracias Azu, .... y mucho ánimo con vuestra magnífica labor

Sagrado Corazón de Jesús y san Antonio de Padua

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El mes de junio la Iglesia Católica lo dedica al Sagrado Corazón de Jesús, para que veneremos, honremos e imitemos el amor de Cristo a todas las personas.

Con corazón de Padre

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Nunca se puso en el centro, sino que puso en él a María y a Jesús. En su vida nunca se percibe en él la frustración, sino la confianza.

San José

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Sin embargo, la tendencia de los hombres, de todos los tiempos y lugares, es tener más. Unos produciendo esa riqueza, y otros robándosela al vecino. Decía un célebre personaje histórico que las guerras “son una cuestión de dinero”. No se hace la guerra por motivos románticos, sino pragmáticos.

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