Actualidad Capacidad de asombro

Seguramente creemos que este no es el mayor problema y que antes tenemos que resolver otros muchos. Pero quiero aprovechar esta afirmación de El Principito y unirla a la afirmación de otra persona que dice que “toda la vida espiritual comienza con una sensación de asombro”.
Este sí que creo que es otro de los problemas o de los déficits de nuestra sociedad. Quienes la estudian nos dicen que hemos perdido esa capacidad de asombro y que la vamos reemplazando por el activismo del día a día.

A lo largo de la historia, el primer lugar o la primera escuela del asombro es la naturaleza. Contemplar la naturaleza, escuchar la naturaleza. De hecho, la escucha a otros es una de las actitudes que desarrolla la persona que fomenta el asombro. Muchas veces nos perdemos esa oportunidad porque preferimos quedarnos encerrados en casa viendo la televisión o navegando en Internet, en lugar de buscar el momento oportuno para ir a la naturaleza, a contemplar
a las criaturas. Fomentar el tiempo en la naturaleza, que es la primera ventana de asombro, nos ayuda a rodearnos de espacios de silencio, de misterio y de belleza.

Será difícil asombrarnos de algo si solo nos preocupa lo útil, lo práctico.
Para recuperar la capacidad de asombro hace falta enseñar a niños y jóvenes a no vivir tan pendientes de las redes virtuales y a adquirir hábitos de descanso, deporte y entretenimiento que sirvan de contrapeso a las interminables jornadas informáticas (TV, videojuegos, Facebook, Twitter, móvil).

Nuestra tradición cristiana y franciscana nos recuerda que el espíritu humano es inseparable del mundo natural. El nuestro es un mundo a proteger, a cuidar y conservar de la mejor manera que podamos, pues como escribió el teólogo Thomas Berry: “Un hábitat degradado producirá seres humanos degradados”. Si queremos un futuro distinto, nos toca construirlo día a día con nuestras manos, con nuestra capacidad de asombro. En esto hemos de estar en una educación constante, pues educar, es dar oportunidades de belleza.

Benjamín Echeverría
Provincial de los Capuchinos

Vender el Nuevo Testamento

Vender el Nuevo Testamento

A lo largo de este año queremos poner ante los lectores una serie de Escenas Franciscanas que, a nuestro juicio, tienen un alto poder de evocación. Algunas de ellas son conocidas, otras no tanto. Haremos de ellas una lectura social, aquella que une la fuente franciscana, por antigua que sea, con la sociedad de hoy. El texto viejo cobra así brillo nuevo y nuestra vida se enriquece con su enseñanza.

Algunos rasgos de San Antonio

Algunos rasgos de San Antonio

Es difícil describir su retrato físico por carencia de detalles. Dada la popularidad alcanzada por san Antonio, no hemos de extrañar que la gente llegara a idealizarlo. Así es como se creó esa imagen de un fraile gentil y delicado, de rostro juvenil. Pero la biografía que se escribió para su canonización, conocida con el nombre de Legenda Asidua, describe a san Antonio como “corpulento y pesado”.

Imágenes y símbolos de San Antonio de Padua

Imágenes y símbolos de San Antonio de Padua

La iconografía de San Antonio comprende un conjunto de símbolos; juventud, hábito, libro, Niño Jesús, azucena, llama, corazón, pan- que expresan bien una característica de su personalidad (función de recuerdo), bien los dones y cualidades de que la devoción popular le ha revestido (función simbólica).

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